Queridxs Camaradas
miércoles, 17 de mayo de 2017
YA NO ES INVIERNO
viernes, 12 de mayo de 2017
LA ULTRADERECHA VENEZOLANA HIZO ACTO DE PRESENCIA AYER EN MADRID
¡Venezuela resistirá!
domingo, 7 de mayo de 2017
9 DE MAYO, DÍA DE LA VICTORIA SOBRE EL FASCISMO Y RECORDATORIO
«Aquella tarde hablamos largo y tendido. Sabía lo que le aguardaba: ¡la bala! Pero de aquello apenas hablaba; sólo veía el futuro, para los otros.
Todavía unas pocas semanas — decía – quizá un poco más, y entonces...” No terminó la frase y se encogió ligeramente de hombros, como si quisiera decir: siempre hemos sabido que podíamos acabar así, pero el trabajo, el Partido, la lucha, lo exigían y mi vida valió la pena ser vivida porque fue una vida llena de lucha. La manera en que se han desarrollado las cosas nos da la razón; han ido como queríamos que fuesen, y al principio de esta guerra no tuve que dudar ni un segundo. Está bien así. Todo esto e incluso más fue lo que sentí y entendí aquella tarde sin que lo expresara a las claras; lo pude leer en sus ojos y creo que no me equivoqué»
Nico Rost
Antonio Saceda (@sacedator)
sábado, 6 de mayo de 2017
De profesión preñada, neoliberalismo y reproducción
jueves, 4 de mayo de 2017
Cuando el fascismo volvió a asesinar en Europa
La mal llamada “primavera ucraniana”, que al igual que las promovidas en los países árabes unicamente han llevado a la desestabilización del país, perpetuar la corrupción y al control del gobierno por parte de EEUU y aliados.
Si todo lo sucedido en los meses previos al golpe de estado está rodeado de una violencia extrema, con decenas de muertes y enfrentamientos muy violentos, los hechos que transcurren aquel fatídico 2 de mayo sobrepasa cualquier capacidad de entendimiento racional.
Más de un centenar de personas fueron torturadas, asesinadas y posteriormente quemadas en la Casa de los Sindicatos por grupos nazis perfectamente organizados. Según el relato de los testigos supervivientes, en algunos casos remataron a los heridos con tiros en la nunca y en otros aún seguían vivos cuando los fascistas incendiaron el local con cócteles molotov. Ni la policía –que curiosamente no se encontraba en Odesa en aquel momento– ni el ejército protegió a los manifestantes, muy jóvenes en su mayoría. Para hacernos una idea del nivel de preparación de lo ocurrido, hasta el agua que hubieran podido utilizar los bomberos para apagar el incendio había sido cortada previamente. El resultado fue 46 muertes oficiales y más de un centenar según los que allí se encontraban.
Cuando hablamos de que el fantasma del fascismo recorre Europa hay que tener presente que ya se ha instalado en Ucrania con su cara más visible y que continúa haciéndolo disfrazado en otros lugares.
martes, 2 de mayo de 2017
El Nepotismo rupturista es el nepotismo mejor
Allá por el año 2013 andábamos todos superindignados ¿qué no? Y es que menuda vergüenza de
políticos ladrones y de capitalismo de amiguetes y de que los árbitros siempre tiren para el
Bernabeu y todo eso. Menudos caraduras todos.
Y, encima, para agravar la situación nos enchufaron a una hermana de Espe en La sexta noche y a
otra de asesora en el Ayuntamiento de Madrid. Cuánta indignación, toda la ciudadanía reclamaba
que esos abusos parasen y que recuperásemos las instituciones para la gente y el carril bici y que la
pequeña burguesía tomase las riendas de la situación porque, o sea, los enchufes son lo peor para la
democracia burguesa.
Y, bah, que no era nada nuevo todo aquello que si hubiéramos sido un poco emprendedores y nos
hubiéramos puesto a vender LSD en las manifestaciones esas raras de batukadas y manitas al aire
que hacían, sólo estaríamos a una plaga de piojos del verano del amor de San Francisco. Pero venga
va que esta gente era muy lista y estaba muy indignada y tenían una capacidad crítica de la hostia
que lo decían en la tele y tenían títulos universitarios como para empapelar un millón de
habitaciones.
Gilipolleces aparte, el problema es cuando El Partido, una parte de él vaya, decide apuntarse a la ola
de indignación dejando a un lado el análisis marxista de la realidad y lo disfraza todo de un falso
rupturismo que da mucho asco y mucha vergüenza ajena cuando ves a camaradas comprando el
producto. La militancia crítica se llamaban a sí mismo entonces.
Ahora ya no estamos tan indignados, ahora tenemos a los rupturistas en el ayuntamiento. Y, bueno,
que en los plenos del ayuntamiento se vote lo mismo que el PP de vez en cuando y quien dice de
vez en cuando dice (según datos oficiales) el 81% de las veces pues tampoco es importante porque
todo este lío se montó por una cuestión de personas y no de proyectos. Vamos, que el 90% de los
proyectos que han presentado los rupturistas han salido adelante gracias al apoyo del PP es porque
les deben venir muy mal a sus intereses de clase.
Ahora ya no nos indignamos, no hace falta porque ya no hay familiares de Espe enchufados y
aunque Eduardo Garzón esté en La sexta soltando bobadas keynesianas y de asesor a dedo en el
ayuntamiento pues tampoco es para tanto porque el cambio es imparable y, además, es un chaval
resultón.
Ahora eso ya no importa porque el rupturismo ha llegado a su ciudad y lo mismo te vota a favor de
un pelotazo urbanístico de la familia Capriles que te llama cerdo porque las calles están muy sucias.
Nada que no fuera de esperar cuando se permite el arribismo en pos de un fin que era una mierda
desde el principio.
Pero, bueno, esa militancia que hoy calla cuando Edu (los amigos le llamamos Edu) nos suelta que
necesitamos menos capitalismo que tampoco hay que pasarse o que si queremos acabar con el
problema de la liquidez de las familias pues se imprimen más billetes y listo o que si él, que no ha
conocido patrón, ha conseguido el curro por enchufe (que van dos) pues que es lo normal porque
todo el mundo lo hace, esa militancia calla porque no era tan crítica como decía o porque el
comunismo ha dejado a un lado el solucionar los problemas económicos de la clase trabajadora
para centrarse en los gestores o porque la culpa de todo la tenía Esperanza Aguirre y que Edu si que
mola. Ese era el puto problema, amiguitos.
Tanta indignación para unas cosas y tantísimo silencio para otras.