miércoles, 17 de mayo de 2017

YA NO ES INVIERNO



Ya nos hemos olvidado de él. El invierno, ése largo invierno de lluvias, nieves, fríos, de pobrezas energéticas y de treguas invernales ya pasó, es sólo un lejano recuerdo porque el discurso político posmoderno marca la agenda mediática y la agenda de necesidades ciudadanas. Ahora, lo que toca son mociones de censura que pronto olvidaremos.

Y ahora parece que ya nadie necesita encender la luz ni cocinar ni encender la televisión ni poner el aire acondicionado, quien lo tenga, cuando los calores aprieten un poco más. Porque una vez pasado el invierno, tan cruel, la electricidad o es gratuita o no será necesaria hasta el próximo invierno. 

Y entre discursos mediáticos bien medidos y mentes olvidadizas, no puedo evitar imaginar a Ignacio Sánchez Galán o Borja Prado Eulate, por ejemplo, sonreír con maldad mientras se dan un chapuzón entre billetes y monedas.

La voz de quienes proponemos soluciones reales y realistas en vez de oportunismos que alargan la agonía (tristemente es algo literal, hay quien muere por ser pobre sin apellidos) no es tan mediática. Porque nosotros no olvidamos que la electricidad es un servicio básico y que como tal debe estar al beneficio de toda la sociedad, en general, y de la clase trabajadora especialmente. Porque aunque muchos se olviden, nosotros recordamos que la Constitución española, aunque no comulguemos mucho con ella, pone énfasis en esto en su artículo 128: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general” y “ Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Pero siempre tenemos a un Pepito Grillo que nos recuerda que ante todo la nuestra es una economía de libre mercado o que antes que en nada hay que pensar las pobrecitas pymes.

Y tampoco olvidamos que Iberdrola el pasado año tuvo un beneficio de 2705 millones de euros1, que Endesa ganó 1411 millones2 o que Gas Natural Fenosa se embolsó 1502 millones3. 5618 millones de euros que, en gran parte, proviene de la clase trabajadora. 5618 millones de euros que, en vez de servir para el beneficio general del país, únicamente sirve para que veamos cifras enormes en un titular una vez al año. Y mientras, esas empresas dejaron sin luz a 650.000 familias en 20154.

Pero parece que las eléctricas sólo ganan en invierno. Parece que la pobreza (así, sin apellidos) sólo sucede en invierno. Pero sólo lo parece. Las eléctricas siguen ganando. Los pobres siguen siendo pobres.

En los medios sólo una cosa se mantiene: la voz de quien exige la nacionalización del sector energético sigue siendo acallada. Es una voz que golpea demasiado fuerte.

Carlos García Gago

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