martes, 7 de marzo de 2017

Feminismo Real

Mujer y feminista, feminista práctica, feminista del día a día. Deberían ser conceptos unidos y entrelazados entre sí. Pero parece que no, que cada día son conceptos más aislados y con menos unión. ¿El motivo? El nacimiento y mantenimiento de un feminismo teórico y burgués preocupado por si tal o cual autora es más feminista antes que por resolver los problemas de la vecina maltratada del piso de arriba.

Es necesario un feminismo combativo y real, feminismo que luche contra los problemas que sufrimos las mujeres en nuestro día a día: acoso, diferencia salarial, machismo, asesinatos machistas, insultos, maltrato, dobles y triples jornadas laborales...

Que os vamos a contar que no sepáis, mujeres del mundo. Si, vosotras y nosotras, que tenemos que levantarnos, sacar adelante la casa, preparar desayunos, enfrentarnos a una jornada laboral para sacar adelante una familia, aguantar a compañeros que te dicen que están cansados y cuando les preguntas de qué no saben que responder.

Nosotras, mujeres, que tenemos que ir de médicos, que cuidamos a los demás, pero que no podemos permitirnos el lujo de ponernos malas porque nuestras casas se vienen abajo. Nosotras, sí, nosotras, que tenemos en nuestras mentes la planificación mensual de la compra, las jornadas de limpieza, las listas de regalos para cumpleaños....Nosotras que tenemos que ponerle buena cara al jefe cuando suelta chistes machistas (aunque realmente querríamos sentarnos y explicarle unas cuántas cosas claramente). Nosotras mujeres que no sabemos de donde, además de todo lo anterior, en muchos casos, sacamos tiempo para organizarnos y luchar por nuestros derechos, porque entendemos que solas no podemos, pero con compañeras y compañeros sí, porque queremos dejarles a las personas que habiten este mundo en el futuro una sociedad mejor. Y sí, decimos con compañeros porque los hombres son necesarios también para unirse a nuestra lucha feminista. Son la otra mitad del problema y por tanto, son la otra mitad de la solución.

Nuestra jornada no se acaba nunca: la jornada laboral fuera de casa, la jornada laboral en casa, cuidar de los nuestros (porque en muchos casos sino lo hacemos nosotras no lo haría nadie), ser madre, amiga, mujer, hermana, compañera y militar organizadas...

Nuestros días no tienen fin. Y lo sabemos, y exigimos que eso cambie, queremos que se nos respete, que se nos trate como a los hombres, que en las entrevistas de trabajo no nos pregunten si vamos a quedarnos embarazadas ( ¿o acaso a los hombres también les preguntan si van a ser padres?), queremos igualdad salarial (una reivindicación totalmente actual ya que hay datos que demuestran que las mujeres trabajamos gratis 180 días al año), queremos poder ir por la calle libres y sin miedo, poder volver a casa seguras y no tener que hacernos las valientes, no tener que ir pendiente del móvil o haciendo que hablas con alguien para apaciguar nuestro miedo, queremos que se reconozcan nuestros derechos como cuidadoras, como amas de casa, como trabajadoras....Queremos llegar a casa y poder disfrutar de la casa y no en la casa haciendo las tareas del hogar, queremos tener tiempo para tener pájaros en la cabeza y dejar de ser calendarios o listas de la compra andantes. Queremos tiempo para poder vivir. Porque nos queremos vivas. No queremos que nos asesinen sólo por el hecho de ser mujeres. No queremos que nuestras ex-parejas utilicen a nuestros hijos e hijas como armas arrojadizas para hacernos daño.

Muchas son las cosas que queremos y otras tantas las que no queremos, pero todas pueden resumirse en una frase: Queremos un feminismo real que solucione nuestros problemas como mujeres y que nos permita vivir, ser libres, no tener miedo, en resumen, queremos un feminismo que nos permita ser mujeres.

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